Al acabar la fase de diseño del desarrollo de un videojuego se tiene una imagen
clara de cómo debería ser el juego y todo lo que se necesitará para alcanzar
dicho resultado. Por lo tanto, ahora será momento de planificar todas esas acciones
y establecer objetivos realistas a medio y largo plazo.
Teniendo en cuenta los recursos disponibles se dividen las tareas de tal manera que
el videojuego pueda ir tomando forma poco a poco. Esta fase es sumamente importante,
pues sin una planificación adecuada, los problemas aparecerán rápidamente, lo que
afectará tanto al ritmo de trabajo como a la calidad del propio juego.